Tu me recuerdas
Oír tu voz nuevamente entre sueños me recordó al viento que castiga cada madrugada los monumentos del muelle y sus barandas olvidadas. Siempre fría siempre cortante con palabras hirientes, que me azotaban los oídos, el alma y mis deseos de amarte. Y entonces me recuerdo a mi mismo, como el río y su tenaz constancia, con la que pule la forma del canto rodado, pues así ha sido mi amor perpetuo para labrar en tu orgullo el final de su arrogancia. A veces como el vaivén de las olas que con persistencia socavan las bases vetustas de un imponente acantilado. Tu me recuerdas en fin, al motivo por el que he luchado cada día, un amor que tanto tiempo me fue esquivo y que jamas pensé que crecería. Ahora tus vientos me son caricias tus palabras sonidos relajantes... Es cierto, ya no somos los mismos de antes, tal vez estoy soñando, despierto, te miro, "amor, buenos días".